Para narrar la historia de un proceso doctoral resulta indispensable iniciar el relato en la formación de pregrado, ya que es en estos espacios donde inicia un interés que lleve a cualquier persona a querer desarrollar estudios de nivel doctoral. De acuerdo con lo anterior me tomaré el atrevimiento de narrar este proceso en primera persona, citando los elementos que más influyeron en su realización.
Palabras Clave
Estudio Doctoral

Juan David
Posada Segura
PHD. Universidad de San Buenaventura
DOCTORAL PROCESS FROM THE UNDERGRADUATE
Abstract
To tell the story of a doctoral process is essential to start the story in undergraduate education, as it is in these spaces that starts bearing interest to anyone wanting to develop doctoral level studies. According to the above, I'll take the audacity to tell this process in the first person, citing the elements that influenced his conduct.
Keywords
Doctoral Degree, Grad Student
Al realizar
estudios de derecho en la Universidad de Antioquia y verificar que en esa y en
todas las universidades de la región el tema penitenciario, penológico, o de
ejecución de las penas, era inexistente; nació en mi la curiosidad propia del
estudiante por este tema, fue en el Curso de Derecho Procesal Penal, con el
profesor John Jaime Posada donde me aventuré a escribir un pequeño trabajo de
clase sobre la necesidad de entender la fase de ejecución penal como parte
integrante e inseparable del proceso penal, este trabajo fue objeto de múltiples
modificaciones en mi proceso de maduración académica, y pasados varios meses
llegó a ser mi primera publicación, como artículo en la desaparecida revista
Ipso Iure, que era una maravillosa propuesta avalada por las Facultades de
Derecho de la Universidad EAFIT, Universidad de Antioquia, Universidad de
Medellín y Universidad de San Buenaventura; en la que los estudiantes de
pregrado de derecho de estas facultades contaban por primera vez en la ciudad
con un espacio para la difusión de sus primeros ejercicios de producción
académica. Por desgracia al lanzamiento de esta revista se invitó al respetado
Profesor y Magistrado Carlos Gaviria Díaz, quien con unas palabras de
desaliento a la producción académica temprana se encargó de dar muerte a la
revista desde su primer y único número. Afortunadamente no todos pensamos así y
por el contrario sabemos que son estos espacios los que permiten hacer públicos
los trabajos de los estudiantes y acercarlos al necesario debate académico de
confrontación pública de sus ideas, tal como hace la revista en la que ahora se
publica esta historia.
Retomando, Continué
con esa inquietud por la privación de la libertad acompañado del profesor
William Fredy Pérez y tras encontrarme en la encrucijada de realizar un trabajo
de grado sobre dogmática penal o sobre temas penitenciarios, decidí que aunque
todo indicara que era más seguro caminar por senderos de la dogmatica en los
que tendría brazos amigos que me soportarían, realizaría un pequeño acto de
placer profesional dedicándome a temas tan poco estudiados como los relativos a
la ejecución de la pena, entonces realicé una monografía sobre la ejecución de
la pena privativa de la libertad y proceso penal; que gracias a la evaluación
que de ella hicieron los profesores Julio Gonzales Zapata y Lina Adarve Calle,
fue publicada en la Revista Nuevo Foro Penal 64, bajo la dirección del Prof.
Dr. Juan Oberto Sotomayor, quien se había puesto la tarea de publicar un
trabajo de grado destacado en materia penal en cada ejemplar de la revista. La idea
entonces era que me disfrutaría al estudio de estos temas que tanto me
apasionan pero que regresaría a la senda de la dogmática, aunque ya no me la
estuviera disfrutando tanto.
En las búsquedas
que había iniciado desde mitad de la carrera fui descubriendo un nombre
constante en todo lo que tenía que ver con la privación de la libertad y los
derechos fundamentales implicados en ella; el del Prof. Dr. Iñaki Rivera Beiras
que es probablemente uno de los académicos que más ha aportado en la
construcción de los temas relativos a la privación de la libertad y de los
derechos que allí se encuentran implicados; tal como lo demuestra su gran
producción académica, representada en multitud de artículos y no menos de 25
libros sobre el tema. Y así con la mezcla de osadía y timidez propias de un
abogado con un par de semanas de graduado, decidí enviarle mi trabajo al
profesor Rivera a la Universidad de Barcelona; recuerdo como si fuera hoy la
enorme emoción que sentí al recibir una respuesta, y que ésta contuviera los
elogios y las críticas que en una cultura como la española se hacen sin tantos
adornos como las hacemos en estas latitudes. Pero lo más importante es que esta
carta del profesor Rivera contenía una invitación especial a desarrollar
estudios doctorales bajo su dirección, en el doctorado en Derecho Sociología
Jurídico Penal que dirigía entonces el Prof. Dr. Roberto Bergalli.
Inicié el
proceso para poder hacer este viaje, me presente a varias becas, presenté
documentos a la embajada de España, realicé los innumerables trámites para la
homologación de título de abogado a efectos académicos en España, en fin tras
haberme graduado de abogado en septiembre 2002, dediqué una año entero a este
proceso que me llevó a viajar a Barcelona el 3 de octubre de 2003, sin beca ni
ningún apoyo por parte de la Universidad, pero con el apoyo oportuno e
invaluable de muchos amigos.
Viajé entonces a
Barcelona donde además de iniciar de inmediato la preparación de un proyecto de
tesis doctoral me vinculé a las actividades del Observatori del Sistema Penal i
els Drets Humans de la Universidad de Barcelona; para el primer año de
doctorado decidí complementar mi formación con la realización de una
especialización universitaria en “derechos fundamentales de las personas privadas
de la libertad” y para el segundo año de doctorado tras descubrir que
resultaría indispensable una formación específica en materia de derechos
humanos viajé al sur de España donde realicé una maestría en Derechos Humanos en
la Universidad Internacional de Andalucía, con un trabajo de grado sobre los
Derechos Humanos implicados en la privación de la libertad.
Obviamente estos
procesos no son fáciles todo el tiempo, siempre aparejarán dificultades y
éxitos, la dificultad fundamental se encuentra en la distancia frente a la
familia, aunque gracias a los avances exponenciales de la tecnología en
comunicaciones siempre se harán más llevaderos estos problemas; son muchos los
momentos en los que la meta de la tesis doctoral se ve lejana a veces
inconmensurablemente lejana, pero sólo tras haberlo terminado es que se
descubre en realidad no se trata de nada que el trabajo disciplinado no logre
alcanzar fácilmente.
Así tras cuatro
años en tierras españolas que me dejaron maravillosas experiencias en el plano
personal y profesional, experiencia investigativa como investigador y como
coordinador de investigaciones en materia penitenciaria, la publicación de un
libro en España, otro en Argentina y la colaboración académica en otros dos en
México y Argentina respectivamente; llegó la hora de sustentar el fruto del
trabajo de intensos cuatro años, la tesis Doctoral “Derecho penitenciario y
derechos fundamentales de las personas privadas de la libertad en Colombia” aquel
9 de mayo de 2007, afortunadamente en compañía de mi esposa Gloria Giraldo
Gaviria y de mi gran amiga la Profesora Dra. Carme Ferre Pavía sustenté mi
trabajo ante un tribunal compuesto por los Profesores Doctores: Pedro Fraile Pérez de Mendiguren (Presidente
del tribunal, dedicado al
estudio de los espacios para el castigo); Josep María García-Borés Espi (Doctor
en Psicología Social, dedicado al estudio de las consecuencias psicológicas del
castigo); Encarna Bodelón González (Doctora en Filosofía del Derecho, dedicada
al estudio de la privación de la libertad desde la perspectiva de género); Julio
Zino Torrazza (Doctor en Antropología, responsable de tratamiento penitenciario
en la Comunidad Autónoma de Cataluña); María Victoria Berzosa Francos (Doctora
en Derecho, trabaja en los temas de privación de la libertad desde la
perspectiva procesal). Dicho tribunal le otorgó al trabajo doctoral la máxima
calificación: “Sobresaliente Cum Laude
por Unanimidad”.
Ese trabajo doctoral fue publicado luego en Colombia por comlibros bajo el
título “El Sistema Penitenciario. Estudio sobre normas y derechos relacionados
con la privación de la libertad”, con prólogo del Prof. Dr. Iñaki Rivera Beiras.
Así que lo que inició como un pequeño tema de clases en el que encontré
especial interés y en el que trabajaría sólo hasta terminar el pregrado de
derecho, (para regresar al estudio de la dogmática penal) terminó
convirtiéndose en mi mayor -o mejor único- interés profesional; en el espacio
que me ha ofrecido las respuestas que la dogmática penal no me podía dar; en el
espacio desde el que he motivado a una importante cantidad de estudiantes, una
cantidad más grande de la que pensé que encontraría, cuando planeaba esto en
Barcelona; terminó convirtiéndose también en el espacio que ha permitido crear
un curso de derecho penitenciario en las Universidades de Antioquia y de San
Buenaventura, que es el único en las facultades de derecho del país; un
semillero de investigación de derecho penitenciario en el que se forman futuros
investigadores, docentes y operarios del sistema penitenciario de las
Universidades de Antioquia y de San Buenaventura, provenientes de facultades de
derecho, comunicación social y psicología; un grupo de investigación inscrito
en la UdeA y la USB; y una corporación creada para la investigación de los
asuntos penitenciarios y carcelarios, la Corporación Atención Jurídica
Penitenciaria.
No debe hablarse simplemente del proceso sin mencionarse brevemente el
contenido de la tesis doctoral. Cuatro son las grandes partes que contiene este
trabajo, a su vez subdivididas en capítulos. La primera de esas partes se
dedica al “reconocimiento internacional de los derechos humanos y de un derecho
internacional penitenciario”; para ello, un primer capítulo se dedica a los
grandes instrumentos internacionales de derechos humanos, extrayendo de ellos
detalladamente los aspectos en los que guardan relación con la privación de la
libertad. Un segundo capítulo realiza un recorrido por la historia de los
Congresos internacionales penitenciarios desde 1872, hasta el que se celebró en
Bangkok en 2005; para llegar a las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los
Reclusos, que no son otra cosa que la concreción más importante de estos Congresos,
a la vez que la más representativa expresión de lo que se conoce como el
proceso de especificación de los derechos humanos, en este caso de las personas
privadas de la libertad.
La segunda parte del trabajo acerca geográficamente el tema, al desarrollar
esa unión entre los derechos humanos y los derechos relacionados con la
privación de la libertad en las Américas, para establecer que aunque en lo
primero hemos tenido en América una gran participación en la construcción
normativa, el protagonismo americano a la hora de regular específicamente lo
relativo a la privación de la libertad y los reclusos ha sido inexistente; un
segundo capítulo de esta parte está constituido por una descripción del Sistema
Interamericano de Protección de los Derechos Humanos.
La tercera parte del trabajo aterriza la discusión en Colombia, presentando
una historia de las penas que ha contenido nuestra normatividad; una historia
del derecho penitenciario nacional, así como una historia de las instituciones
penitenciarias colombianas, en la que se señalan los tipos de centros de
reclusión y unas breves historias sobre algunos de los más famosos centros de
reclusión que han existido en Colombia. Este recorrido pasa también por la
historia de los organismos encargados de administrar los centros de reclusión,
hasta llegar al por supuesto al INPEC. En este capítulo resultó inevitable, al
abordar este tema de la privación de la libertad en Colombia, mencionar la
influencia que ha tenido –en la normatividad y en la vida en reclusión- la
existencia de un conflicto social y armado, transversalmente atravesado por el
tráfico ilícito de drogas y su inherente capacidad para generar violencia.
La cuarta y última Parte de este trabajo está dedicada al tratamiento exhaustivo
de los “ámbitos de producción, interpretación y aplicación de la norma de
derechos relacionados con la privación de la libertad en Colombia”. Como no
podía ser de otro modo, tras el largo y complejo proceso desarrollado en las
tres partes anteriores, la obra se centra en la cuestión nodal: los derechos y
garantías de las personas privadas de libertad en Colombia. Para ello se
realiza una clasificación entre Derechos civiles, políticos, económicos,
sociales y culturales, así como garantías procesales con el objetivo de situar
a los lectores en el ámbito del mayor (o menor) grado de reconocimiento y
respeto efectivo de los mismos. Allí podrá entonces constatarse, de modo
definitivo, la mayor o menor distancia que pueda haber entre lo que llamamos la
“cárcel legal” con la “cárcel real”, ya que ello atañe a la calidad misma de un
sistema democrático.
En general la Tesis desarrollada termina estableciendo un cuestionamiento
importante a una zona hacia la que pocas miradas se han dirigido para encontrar
las causas de violaciones de derechos: son las mismas normas en sus ámbitos de
creación, interpretación y aplicación, un factor influyente en la generación de
violación de derechos humanos.
Resulta muy importante tener en cuenta que estos procesos no son nunca el
resultado de esfuerzos individuales, sino la suma de actitud, disciplina y
suerte para contar con el apoyo de una enorme cantidad de personas, que desde
el plano afectivo o profesional terminan siendo indispensables para abordar
adecuadamente estos temas, en mi caso aquellas personas que con su soporte
afectivo facilitaron el que me dedicara durante bastantes años a estas labores
han sido: Rubiela Segura, mi madre; Gloria Giraldo, mi esposa; Juan Carlos
Posada, mi hermano; Mauricio Velásquez, mi primo; Rafael Loaisa, mi “abuelo”; Armando
Calle, mi profesor y amigo; Willington Gil, Adriana castaño y Diana Zapata, mis
compañeros en el pregardo y grandes amigos, así como aquellos que en Colombia o
en España, desde sus distintas especialidades, me ofrecieron información
oportuna o elementos para abordar diversos temas: William Fredy Pérez, Juan
Oberto Sotomayor, Julio González Zapata, Lina Adarve Calle, Alejandro Decastro,
Oscar Castaño, Patricia Ramos, John Jairo González, Jorge Eliécer Cevallos,
Gustavo Betancur, Claudia Vallejo, Diana Vanegas, Enrique Largo y Jaime Flórez.
También a las diversas personas que por su condición de privación de la
libertad o por ser funcionarios del cuerpo de custodia y vigilancia
penitenciaria siempre prefirieron que sus nombres permanecieran ocultos, y en
general fueron muchas las personas que aportaron en este proceso doctoral desde
la Universidad de Barcelona; la Universidad de Antioquia; el INPEC; el Consejo
Superior de la Judicatura; los Juzgados de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad;
la Defensoría del Pueblo; la Procuraduría General de la Nación; la Personería
de Medellín, y la Unidad de Asistencia Técnica Legislativa del Congreso de la
República de Colombia.
Un relato como estos no puede terminar sin que me venga a la mente el
profundo agradecimiento a Gloria, mi esposa y compañera de vida, por sus
valiosísimas correcciones a los textos escritos durante esos años y especialmente
por su cariñosa espera, que aun desde la distancia física le permitió asumir
este largo proceso como propio y ser una constante compañía en mis pensamientos
y afectos. Sin ella y su constante presencia emocional no habría sido fácil
obtener la concentración necesaria para desarrollar el trabajo que aparejó ese
voluntario exilio, necesario para doctorarse.
De acuerdo con
lo antes anotado, los procesos de formación doctoral no son algo que deba o
pueda dejarse para iniciar en el momento en el que uno se matricula en un
doctorado; son un proceso que inicia en el pregrado, que requiere
fundamentalmente de disciplina para enfocar esfuerzos profesionales a un
objetivo claro, de allí que sea tan importante la pertenencia a un semillero de
investigación, la participación en eventos académicos y la pública exposición
de nuestro pensamiento en revistas académicas como la que ahora con este primer
volumen sale a luz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario